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Las abejas, son esenciales para el planeta y para la vida diaria tal y como la conocemos. Se encargan de transportar polen y gracias a esto, se evita una pérdida de biodiversidad y se promueve un desarrollo de los ecosistemas.
Si las abejas desaparecen, como son agentes polinizadores esenciales para el mundo tal y como le conocemos, algunas verduras que todos consumimos diariamente y muchas otras especies vegetales desaparecerían por completo.
¿Por qué desaparecen las abejas?
Pérdida de su hábitat
El hábitat ideal para las abejas son climas tropicales, gracias a la abundancia de plantas que existen en los mismos y a las temperaturas estables y cálidas durante todo el año.
La deforestación y el cambio climático han acabado con muchos de estos entornos ideales para nuestros agentes polinizadores, por lo que han sido domesticadas para la producción de miel para el consumo humano en cualquier tipo de clima o estación del año.
Al no encontrarse en un clima ideal, las abejas trabajan para mantener una temperatura estable y adecuada durante los meses más fríos, trabajando en la construcción de panales con paredes que trabajan como aislamiento y evitar su salida de la colmena, alimentándose a base de su propia miel, provocando así una pérdida de la producción de esta.
Uso de pesticidas
Los pesticidas son utilizados para proteger la flora en numerosas ocasiones de plagas, pero a veces, resultan contraproducentes, ya que dañan a las abejas causando la situación de peligro actual.
Los pesticidas que tras numerosos estudios se ha comprobado que son tóxicos y se deben evitar para proteger a las abejas entre otros son el imidacloprid, la clotianidina, el tiametoxam, el acetamiprid y e tiacloprid, estando los tres primeros prohibidos en la Unión Europea, mientras que los dos restantes sólo estaría vetado su uso en algunos países, aunque recomendamos evitarlo a toda costa.
Enfermedades y parásitos, Varroa Destructor
Debido a la biodiversidad que existe en nuestro planeta, existen numerosos parásitos que afectan a todos los seres vivos, incluidos las abejas.
El mayor parásito en el ámbito de la apicultura es la Varroa. Este ácaro se adhiere al cuerpo de la abeja, alimentándose de su sangre hasta hacerlas débiles para dejar de producir, o incluso causar la muerte.
Otros parásitos importantes y que tienen bastante relevancia en este ámbito son el piojo de las abejas que lo que hace es robar el alimento causando importantes molestias en su desarrollo.
Por otro lado, se encuentra el mosquito o polilla de la cera, que se alimenta de la cera de la colmena, debilitando la estructura que utilizan para protegerse del frío y de otras amenazas externas, debilitando del mismo modo a toda la colmena.
Por último, se encuentra el pequeño escarabajo de las colmenas, conocido como Aethina tumida. Este insecto se alimenta de miel, polen y de las abejas en fase de larva, sin afectar a las adultas, pero perjudicando el desarrollo de nuevos miembros de la colmena, perjudicando el desarrollo y fortaleza de la colmena en su conjunto.
Especies invasoras (avispa asiática, vespa velutina)
La avispa asiática causa un grave peligro para las abejas, ya que son su principal alimento aparte de otro tipo de insectos, esta ha sido una de las últimas causas de desaparición de las abejas.
Para poder proteger a las abejas, debemos diferenciar este tipo de avispa, principalmente por su tamaño que puede ser más grande, por su abdomen que tiene un color marrón y un último segmento anaranjado, por la cabeza de la avispa que es casi negra y por sus patas, que son negras con los extremos amarillos frente a las patas completamente amarillas de la avispa común.